Desprotegidos

Según el Estado, no soy de esa parte de la población que es más «pobre» como para recibir ciertos beneficios. Ni siquiera el ingreso mínimo garantizado, pues trabajaba boleteando. Aunque ahora tampoco cuadro en la «clase media» para recibir el bono de 500 mil pesos.

Eso he tenido que escuchar y leer durante estos últimos días…

Gente que no sabe «dónde está» y que teme lo peor, ya que tras la aprobación del retiro del 10% de los fondos de AFP (sólo en La Cámara de Alí Babá… ¡bah!, perdón, de Diputados), quienes tengan menos de un millón de pesos sólo podrán retirar ello. Aunque sea un autopréstamo, las AFP quedaron nuevamente blindadas al no establecer un mínimo, independiente de la cantidad que se tenga.

Todo esto a pesar de que las utilidades de estas entidades fue más de 600 millones de dólares sólo en 2019. Sí, leyó bien, casi 650 millones de la divisa norteamericana, para ser un poco más específico.

Algunas personas vieron cómo mágicamente en sus «fichas» aparecen como que perciben más de 700 mil pesos, quedando fuera del ingreso familiar de emergencia y por estar «recibiendo» dinero, tampoco pudieron ser parte del ingreso mínimo garantizado.

Asumiremos que ahora sí serán parte de quienes recibirán aquel «bono» de medio millón… ¿No?

Pero no todo termina allí, ya que habrán préstamos con 0% de interés pero que serán ajustables en base al IPC, y no se engañe con el 0%, porque el Índice de Precios al Consumidor es muy raro que no vaya al alza.

La gente que trabaja informalmente aún no tiene una solución real, y aquel margen que parecía se estaba estrechando entre la clase baja/media/alta ahora volverá a extenderse, ya que las personas tendrán que acudir a su «resguardo» a lo que se suponía era para emergencias. Y no digo que no sea el caso, pero acá hay una responsabilidad mayor por parte de los legisladores quienes casi colocaron «el grito en el cielo» para rebajar en un 25% sus sueldos, pero sin tocar las asignaciones que a pesar de que tienen menos gastos producto de toda la situación, sigue estando intacta.

¿Acaso es mucho pedir que los ingresos de los «honorables» se redujera en total al 50%?¿Les faltará para pagar la luz? ¿el agua? ¿se morirán de hambre como gran parte de los ciudadanos de este país?

Y no digo que esa rebaja sea permanente, si no que después se vaya reajustando en la medida que se vaya recuperando la economía nacional. ¿Es tanta la ambición de estas personas?

Hay millones de personas que están desprotegidas, que no están en un lado ni en otro para recibir beneficios. Que desconocen cuál es su futuro y sí, no estoy exagerando. Así de complicada es la situación para ellos. Compatriotas que habían iniciado emprendimientos y que tuvieron que frenar todo, que han tenido que vender lo que «les queda» y que con tanto sacrificio les costó con tal de no desmantelar el sueño de ser independientes.

Así como los casos que expongo, hay otros que son peores; pero por sobretodo, los casos más canallas son de esos que habían jurado velar por los intereses de la ciudadanía y ahora se revuelcan en sueldos millonarios sin recordar que «están dónde están» gracias a quienes hoy se mueren de hambre (y es literal) o sufren los embates de una pandemia mundial que nadie se imaginó.

Esto nos habla de que la actual clase política chilena es un cáncer, y uno muy contagioso, ya que como la enfermedad, no importa si está muriendo el «huésped», ésta sigue siendo voraz y consume todo. Así mismo es acá con los legisladores… y no me equivoqué con lo de contagioso, porque es cosa de mirar y sin dar nombres cómo gente «joven» con «ideas nuevas» y otras supuestas virtudes, se prostituyeron al sistema, hipotecando su decencia en pos de asegurar su «futuro».

Uno que así como para las personas desprotegidas también es incierto, pues, cuando todo esto acabe, la gente parece que no va a olvidar. Hagan lo que hagan por tratar de restaurar su imagen, al fin, parece que el país tiene memoria, y lamentablemente forzaron a que se pida sus cabezas.

Quedaron desprotegidos y mientras no hay solución para ello, el Estado sigue «invirtiendo» dinero en carros lanzagua u otros vehículos de contención. Las fuerzas armadas derrochando millones de pesos en espadas. ¿Y los dineros robados por los altos mandos de carabineros? Bien, gracias… eso no se olvida, pues con ello se podrían haber evitado muchos problemas y hubiera habido caja para «meter mano», quizá no para solucionar todo pero sería muy útil.

Nadie se preocupa de esta gente, pues todos vamos quedando cuadrados por «clase»; aunque en la realidad, estamos en un peldaño o en otro según las conveniencias del Estado y no de un modo real que permita recibir «una mano» cuando se le necesita.

Hacen parecer que pedir todo del Estado es mendigar cuando en esta situación no queda de otra. Los verdaderos mendigos son aquellos vestidos de traje que se ponen de acuerdo (sin importar su «bancada») para en cinco minutos o menos subir sus sueldos en más de medio millón de pesos. Los mismos que para reajustar el sueldo mínimo colocan mil y un trabas evitables… sí, evitables. Pues con una reducción del 50% a sus sueldos y asignaciones, habría dinero para apalear «el golpe» a la economía que significaría y que suelen mencionar.

Y eso que no quise mencionar los gastos innecesarios en «fuerza pública»…

La gente se está muriendo, y no tan sólo de COVID-19. Muere de falta de dignidad y desprotección. Quedaron sin empleos, y sin alguien que les tienda la mano.

 

 

Imagen: EDÚKT