Las transformaciones del Quidditch

Hoy es el cupleaños de J.K. Rowling, la autora de Harry Potter y si bien la vida del mago tiene muchas aristas impresionantes, el Quidditch es una de sus pasiones, además de claro, salvarse de Voldemort. Este deporte del mundo mágico es muy llamativo y tiene una historia que a sus fanáticos los «encanta», literalmente. 

Según el libro Reglamento Oficial de Quidditch, este deporte se originó a mediados del siglo XI y Gertie Keddle –una maga que viviía al lado del pantana Queerditch- escribió cómo unas personas practicaban esta actividad en la que volaban escobas y jugaban con pelotas de cuero –Quaflle– y dos Bludgers, cuyo objetivo era meter la pelota en los árboles que estaban en los extremos del pántano.

Después, en el siglo XII se encontró más información sobre este juego en una carta que Goodwin Kneen (Yorkshire) envió a un primo en Noruega. En la misiva cuenta cómo disfrutaba junto a Gunhilda los partidos de Kwidditch. En esa época los árboles pasaron a ser barriles apilados. Las snitch se integraron a mediados de este siglo y no era pelota dorada, sino que un ave pequeña que se llamaba snidget dorada.

Este deporte evolucionó y con Harry Potter podemos ver como 14 magos –dos equipos de siete jugadores- intentan anotar en tres aros por lado en una cancha ovalada de 150 metros, siendo una mezcla de fútbol y básquetbol aéreo.

 

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