Sólo una vuelta…

Domingo de Resurrección de 1967, Año de la Cabra según el horóscopo chino. Ya se encontraba en las vitrinas el disco debut de The Doors, Uruguay se consagró a principios de febrero como campeón de la Copa América por undécima ocasión, el cadáver del ex presidente Kennedy fue dejado en su sepultura permanente en el cementerio nacional de Arlington.

Mientras que Jim Thompson, al fin podía disfrutar de sus merecidas vacaciones en Malasia

Por: José Ángel@poetadelrelato

 

Es el 26 de marzo. El empresario había llegado hace un par de días a Cameron Highlands para alojar en Moonlight Cottage en Tanah Rata. El motivo de arribar a ese lugar, era celebrar la Semana Santa junto a unos amigos en una comunidad de la Iglesia de Todos los Santos.

Ese domingo, todos se levantaron temprano para asistir al servicio. El señor Thompson era una persona que gustaba de caminar, por lo que mientras los demás se alistaban, emprendió una pequeña andanza por Jalan Kamunting (correspondiente a la vía de acceso al lugar). Se desplazó unos dos kilómetros y llegó a la carretera principal, dónde se mantuvo solo durante aproximadamente 20 minutos.

Los segundos corrieron… Constance Mangskau (su acompañante), el doctor Ling Tien Gi y la señora Helen Dalling (esposos y también pareja dueña de casa) se hermosearon raudamente. Una vez que estuvieron listos, Jim Thompson los encontró para emprender camino rumbo a la iglesia.

Tras el servicio, se hizo ya poco más de mediodía, por lo que volvieron a casa para almorzar. Disfrutaron la comida, conversaron y una vez más Jim salió «a dar una vuelta». Se despidió cortésmente como solía acostumbrar, y abandonó el recinto… Estuvo en el camino durante poco más de un par de horas. Visitó el chalet de los misioneros luteranos, lugar en el que un cocinero lo vio desde la lejanía de su lugar. No estuvo mucho tiempo, y volvió a emprender camino, paso a paso volvió al sendero de Jalan Kamunting a eso de las 6 de la tarde, siendo acompañado por el suave viento que poco a poco jugueteaba con algunos de sus cabellos.

Una vez que no estuvo a la vista de nadie… nunca más se le volvió a ver.

Él fue un personaje muy conocido en su época, inclusive siendo muy cercano, técnicamente amigo de estrellas de Hollywood como Katherine Hepburn, Grace Kelly y la mismísima Elizabeth Taylor, sólo por mencionar algunos nombres.

En 1945 había arribado a la capital de Tailandia, lugar en el que amasó una fortuna en el negocio de la seda. Durante sus primeros años en Bangkok, Jim Thompson junto a un grupo de inversores compraron el gran hotel The Oriental, donde en su momento se alojaron escritores de la talla de Joseph Conrad y Somerset Maugham. Pero fue poco después de ello en que concentró sus fuerzas en el ya mencionado comercio de la seda, fundando en 1948 la Thai Silk Company Limited, una empresa que buscó revitalizar la industria de la seda tailandesa en los años cincuenta, lo que consiguió con un éxito rotundo.

La compañía, gracias a los contactos del ahora empresario, logró hacerse de una excelente promoción en 1951, cuando el musical el Rey y yo (que más tarde inspiró la película homónima) utilizó vestuario de la marca de Jim Thompson.

Tras la desaparición, la búsqueda no se hizo esperar, ya que se había vuelto una reconocida figura por esas tierras; pero a pesar de todas las pesquisas comprometidas y constantes, ningún esfuerzo dio resultado del ex oficial de la OSS (precursora de la CIA) durante la Segunda Guerra Mundial.

Es que claro, no habíamos mencionado que una vez llegado en 1945 a la capital de Tailandia, Thompson continuó colaborando con el servicio de inteligencia norteamericano, del que se había distanciado por su oposición a la guerra de Vietnam.

Había ganado muchos enemigos, tanto por su cierta rebeldía con el servicio secreto (del que renunció en 1946; aunque se dice que siguió sirviendo de manera más «incógnita») y en el ambiente de la seda. Todo esto, agregando que pocos meses después de su desaparición, su hermana fue asesinada bajo extrañas circunstancias… al parecer, no debían quedar «cabos sueltos», porque tras ella, tanto su conductor como su guía en Malasia desaparecieron sin dejar rastro. Todo un enigma.

Pero por si no fuera suficiente, también Thompson mantenía una relación con Irina Yost, esposa del entonces embajador de Estados Unidos en Tailandia, Charles Yost, por lo que tampoco se descarta la posibilidad de que la desaparición esté vinculada con un «lío de faldas».

Pero para sazonar mucho más todo, incluso hay teorías de una desaparición voluntaria y programada, ya que algunos alegan que Jim fue avistado meses después en la isla de Tahiti. Claramente, ninguno de estos testimonios ha podido ser ratificado; aunque nunca se le dio mayor importancia e investigación al «avistamiento».

Lo único concreto que se sabe, es que el ex trabajador del servicio de inteligencia norteamericano y posterior empresario denominado como «el rey de la seda tailandesa», un 26 de marzo fue tragado por la tierra. Si continuó siendo espía o no tras su renuncia, nada hace dar alguna pista más precisa de las razones o al menos el paradero de él o sus restos mortales.

 

 

 

Imagen: Wikipedia