Sobrevivientes al COVID-19 pueden generar distintas enfermedades de salud mental

Un reciente estudio publicado por el medio Eurekalert, afirmó que un gran porcentaje de pacientes COVID pueden experimentar problemas de salud mental en diferentes grados. El psiquiatra chileno Otto Dörr Zegers, confirma que incluso para quienes no contraen la enfermedad existe un riesgo de que se generen trastornos psiquiátricos. El encierro es algo clave.

 

 

En marzo de este año, el medio científico Eurekalert, publicó un estudio que afirma que un gran número de pacientes que padecieron el virus COVID-19, tienen el riesgo de desarrollar distintos problemas de salud mental. En este sentido, el psiquiatra chileno Otto Dörr, con una trayectoria de más de 50 años dedicados a este rubro, afirma que debido al encierro, incluso sin contraer el coronavirus ya se pueden generan trastornos.

 

“Hay muchas razones por las cuales un encierro prolongado puede provocar problemas psíquicos. Primero, está el cambio de estilo de vida que esto implica, pensando en que no todo el mundo tiene la misma capacidad de adaptación y hay personas más rígidas. También está el aumento de tensiones o conflictos familiares preexistentes. Por otro lado, en los jóvenes puede influir negativamente la falta de actividad física y en los mayores, los problemas económicos derivados de la crisis y en general la incertidumbre pueden afectar”, explica el doctor Otto Döerr Zegers.

 

Sin embargo, lo que el estudio desarrollado por la Universidad de Oxford Brookes señala, es que luego de sobrevivir al coronavirus, una serie de problemas psiquiátricos pueden aparecer, tales como trastornos de estrés postraumático y depresión. Además, lo que más sorprende es que también pueden desarrollarse problemas cognitivos como falta de atención y deterioro de la memoria.

 

El estrés postraumático es el que más predomina

 

Uno de los principales problemas que desarrollan aquellos que padecen COVID-19 y logran recuperarse, es el conocido trastorno de estrés postraumático. En este sentido, un 95 % de los pacientes examinados por este estudio posee esta afección, definida como una enfermedad de salud mental que se desencadena tras haber presenciado o vivido una experiencia muy fuerte. Dentro de los principales síntomas de este trastorno son angustia, pesadillas recurrentes, reviviscencias (recuerdo del mal momento vivido), entre otros.

 

De igual manera, un porcentaje no menor de los pacientes que participaron de la investigación (17 % a 42 %), manifestó síntomas relacionados a la depresión. “No es que la enfermedad, en este caso el coronavirus, cause la depresión, sino que genera una situación que hace que la endogeneidad dormida se despierte y se produzca la depresión. La situación patógena consiste en este caso, en que las limitaciones ligadas a la convalecencia impiden que la persona, proclive a la depresión, realice su estilo de vida en la forma acostumbrada. Alrededor del 30 % de las depresiones verdaderas o melancolías son desencadenadas por enfermedades somáticas”, señala el Premio Nacional de Medicina, Otto Dorr.

 

Problemas cognitivos post-covid

 

Se ha comprobado científicamente, que tras padecer COVID-19, una serie de complicaciones físicas pueden permanecer con el tiempo, tales como problemas respiratorios o afecciones cardiacas. Sin embargo, hasta el momento no se había hablado de problemas del tipo cognitivo. El estudio de la Universidad de Oxford Brookes, señala que a corto plazo un 45% de los sobrevivientes por coronavirus ha padecido problemas de falta de atención, y otro grupo, que abarca entre el 12 % y 28 %, ha presentado deterioros en su memoria.

 

Lo que más preocupa, es que a largo plazo, entre un 28 % y 50 % de los pacientes han seguido presentando estos problemas. Otto Dörr señala que según un reciente estudio de Lancet, confirmó que el uso de ciertos medicamentos que se ocupan en la sedación de pacientes con ventilación mecánica, pueden contribuir a la aparición de un cuadro delirioso, lo que a larga se traduce en problemas de atención y memoria. Aun así, son síntomas reversibles.

 

“La vitamina B1 y el ácido fólico pueden significar alguna ayuda en estos casos, pero no existe un tratamiento específico, como es el caso del antidepresivo para una depresión. Hay que confiar siempre en la reversibilidad de las psicosis exógenas, vale decir, de aquellas que comprometen en forma aguda la función cerebral y no su estructura, como las demencias”, finaliza el psiquiatra Otto Dörr.