COLUMNA | Crónica de un suicidio colectivo

El domingo 9 de mayo fue el Día de la Madre y en un panorama diametralmente opuesto al del año pasado, se pudo observar el comportamiento del chileno un poco cansado del encierro y con el tercer retiro ya pagado. 
 
La postal en los principales centros comerciales era la típica de un 24 de diciembre de un año normal. El distanciamiento social era nulo: niños, hombres, mujeres y adultos de tercera edad -no muchos- en todos lados; gente en restaurantes y todos muy pacientes y sonriendo. Una actitud completamente positiva frente a las bajas en los positivos a Covid-19 y más aún con la transición a fase 2 en algunas comunas de la capital. 
 
Esto solo quiere decir que pese a la cantidad de muertos que hay en Chile debido a la pandemia -27.356 personas según las cifras oficiales- hasta el lunes 10 mayo, muchos o no han tomado conciencia o ya están hartos del encierro y poco o nada les importa la salud de ellos y los demás.
 
No importa cuánto las autoridades intenten persuadir a las personas y cuánto reportaje y noticia terrible se haya transmitido por los distintos canales informativos, el chileno al fin y al cabo porfiado, está buscando un suicidio en masa. 
 
 
Foto: Agencia UNO