COLUMNA | La crisis del padrón electoral

Con una celebración, bastante medida, festejó el electo -por primera vez en la historia de Chile, recordemos que antes era elegido a dedo- el Gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, mientras que la derrotada Karina Oliva del Frente Amplio asumía la pérdida de este importante puesto político.

Y cómo no iba a estar dolida si en la primera vuelta obtuvo 600.781 votos y hoy 704.22; muy por el contrario, Claudio Orrego en las elecciones del 15 y 16 de mayo sacó 655.776 y hoy 785.023.

Se tenía hipótesis de que Oliva podía ganar por amplia mayoría. Sin embargo, las mismas comunas que la vez anterior demostraron un fuerte apoyo a la abanderada del Frente Amplio, si bien lo mantuvieron, no aumentó.

La participación de comunas como Estación Central, María Pinto, Renca, Quinta Normal e Independencia entre otras, fue baja. Muy por el contrario, en el sector oriente de la capital, si bien no acudieron todos a las urnas en las comunas donde ganó el Rechazo, Orrego obtuvo una amplia victoria.

Seguramente, todos los independientes y personas de centro, centro derecha e incluso de derecha le dieron el espaldarazo, temiendo posiblemente que una “comunista” ganara la gobernación de la región más importante del país.

 

La propuesta del demócrata cristiano para la gobernación es la siguiente, y fue formulada con 10 mil personas organizadas en cabildos:

  1. Un Santiago Seguro con medidas eficientes e innovadoras en el mejoramiento de la seguridad de la población
  2. Un Santiago con Empleo, para reactivar la economía con una mirada de desarrollo sostenible y de resiliencia ante desastres,
  3. Un Santiago Conectado impulsando la movilidad sustentable y un desarrollo urbano armónico,
  4. Un Santiago Verde protegiendo el medioambiente en contexto de cambio climático,
  5. Un Santiago Justo e Inclusivo y,
  6. Un Santiago Integrado mediante la construcción de una nueva gobernanza metropolitana mientras se avanza el proceso de nueva constitución y de descentralización.

 

La propuesta de Karina Oliva:

 

Así las cosas y con la ciudadanía divida entre miedo al Coronavirus y harta de la política, porque después del estallido social la única instancia en que ejercieron su deber y derecho fue en la alta votación del plebiscito, solo acudió a sufragar menos del 20% del padrón electoral y Orrego con un poco más del 52 por ciento de los votos y Oliva obtuvo un poco más del 47 por ciento.

Esta victoria de Orrego no significa más que los de siempre fueron a ejercer su deber y los que estaban más convencidos de un cambio solo hicieron festín de la revuelta social, es decir, ciudadanos de cartón.

 

Foto: Aton