El 28 de diciembre, el Día de los Inocentes, es una fecha que algunos esperan o lo enmarcan a fuego para cometer bromas de todo tipo a sus familiares o amistades.
Y pese a ser un día lleno de momentos jocosos, alegres y a veces crueles, lo cierto es que su motivo se remonta a una época triste de la historia humana, basada en un pasaje bíblico.
El origen de la festividad
Según los escritos de San Mateo, el rey Herodes I El Grande se enteró del nacimiento de un mesías. Ante el miedo de perder el trono de Judea y que se cumplieran las profecías, Herodes recibió a los Reyes Magos antes de que conocieran al niño Jesús, pidiéndoles que le dieran todas la información y el paradero del recién nacido,
Los magos nunca volvieron hacia el rey, quien ordenó a matar a todos los menores de 2 años de edad de Belén con el fin de evitar que el recién Jesús ascendiera al poder.
Con el tiempo, se comenzó a olvidar de la tragedia, conmemorando este día como el de los Santos Inocentes y, al igual que en su momento con Herodes, la idea es engañar a quienes reciban la «sorpresa».
Creatividad ante todo
En España y Latinoamérica este hecho se conmemora cada 28 de diciembre, sin embargo en países como Francia y Estados Unidos lo celebran el primero de abril en el llamado April’s Fools Day.
Fecha en el cual no solo las personas se toman el tiempo para las bromas, también las compañías que sacan a relucir todo el poder del marketing.
Sin ir más lejos, el diario nacional La Cuarta ha sido maestro del engaño, sacando portadas como estas:
Y si vamos al caso extranjero, quien no ha escatimado en gastos para engañar a sus clientes ha sido la cadena de comida rápida Burger King, sacando campañas que ilusionaron a más de a algún comensal como la promoción de papas fritas individuales, una pasta de dientes con sabor a hamburguesa o una hamburguesa de chocolate.