El Inmortal: Ciento treinta y un años de vida.

Por Eduardo Bustos Alister.-
Para nadie es un misterio que desde el inicio de la explotación del carbón, coincide con el entusiasmo y admiración por la introducción del fútbol a nuestro país, balompié que navegó por principales puertos sureños rumbiante hasta la zona norte; dejando huella en cada atraque de muelle, de la tripulación viajera desconocida. La clase obrera ferroviaria era mayoritaria con hitos relevantes ante el nacimiento del ferrocarril, como demuestra la historia de Talcahuano, cuando desde 1874, abrió sus líneas entre esa comuna y la ciudad de Chillán, lo cual permitió que la zona alcanzara un alto desarrollo y así también pasar a convertirse en uno de los puertos más importantes del Pacifico sur, con tránsito de cientos emigrantes de las más diversas nacionalidades que desembarcaban ahí, contrayendo matrimonios entre ellos, o buscando compañía en la población local. La llegada del fútbol para su difusión tuvo sus tropiezos como consecuencia de su práctica formal post guerra civil chilena de 1891, conocida como revolución del 91. Fue un conflicto armado ocurrido en Chile, entre los partidarios del Congreso Nacional y los del Presidente de la República don José Manuel Balmaceda, guerra que duraría 6 meses, y que costaría la vida a más de 4000 ciudadanos Chilenos, con una población de algo más de 2 millones y medio de habitantes.
Se dice que los orígenes del Arturo Fernández Vial, se encuentran en la fundación del Club Deportivo Ferroviario Internacional F.C en la maestranza de los Ferrocarriles del Estado. Esta es una información sin fundamentos, por cuanto a causas de incendios sufridos en distintas sedes de la institución, no existen documentos que respalden a la maestranza de ferrocarriles como lugar de fundación del Club. Información que se contrapone a la Memoria de Chile, en donde ratifica la fundación del International Fútbol Club, institución alzada con sus propios estatutos, al abrigo de ciudadanos extranjeros y nacionales, teniéndose presente la plaza General Cruz, lugar de enfrentamiento deportivo, con el Club Atlético y de Fútbol Arturo Prat.
En Concepción, se comienza a disfrutar del Fútbol, primeramente, a través de sus colonias inglesas y alemanas, en encuentros pactados con tripulaciones foráneas de paso y entre ellos, usando sus propios recintos. Este deporte no entro volando, tuvo que navegar hacia el norte, recalando en los puertos penquistas y sembrando entusiasmo en quienes pudieren observarlo en su momento determinado.
La tradición oral se conjuga en su referencia, especialmente, en la clase obrera ferroviaria desde los inicios del fútbol en la región penquista, en propia perseverancia de los tiempos oportunos y disponibles para su práctica y enseñanza al rendimiento de una extenuada jornada laboral. En principio y al igual que en la República del Perú, la causa en el país del norte, estuvo reñida por algunos grupos de elite para su desarrollo. En Chile, pudiere considerar en alguna medida la agravante de la revolución del 91; una época en que todo se tornaba difícil para organizarse en cada materia. Pero, los obreros ferroviarios vecinos a Talcahuano y de otros puertos, comenzaron a organizarse y en su defecto, poco a poco, se imponía un extraño deporte de patear una pelota y tratar de embocarla en un arco contrario. Se mantenía la tesis de que este juego era para un grupo determinado solamente. Se puede indicar que la actividad física estaba limitada en pro de una extenuante jornada de trabajo.
Se manifiesta que antes y después de la revolución del 91, hubo plena temporada anti obrera cuando los trabajadores ferroviarios comenzaron o intentaron organizarse con la creación de sindicatos y mutualismo y, al ser perseguidos aprovecharon la llegada del fútbol en defensa de sus reivindicaciones. En esta apreciación el fútbol comenzó ser un escudo de lucha y de libertad emprendedora y liberación de las injusticias con conquistas sociales en beneficio de sus derechos negados.
Necesitado el fútbol del entendimiento de lectura y de la enseñanza de los llamados Sport del idioma ingles establecidos a la sazón, para un mayor entendimiento nace una férrea hermandad obrera a sus intereses, tanto de trabajo como en su diversión de juegos, y como estandarte deciden el año 1892 formar el “Club Deportivo y Social Los Libertarios”, nacimiento que más tarde consolidaría la fusión con el International Fútbol Club, dando origen al Deportivo Ferroviario, del cual tanto, se habla en su causa de fundación y de sus orígenes.
Respecto a otros detalles en esta investigación se suman antecedentes a la fuente de informaciones como complemento. En el caso que nos preocupa es de responsabilidad destacar tópico publicado por el señor Leo Javier Alfonso, al referirse al primer nombre de la institución: Los Libertarios y de importantes comentarios de tradición oral.
Esta información no es un detalle menor, que no escape a la relevancia de quien o quienes escribieron el historia del fútbol chileno, siendo amateur en su llegada por un lugar determinado, haciéndolo exclusivo a su investigación. Para sanear y sacar al fútbol chileno del subdesarrollo, se hace necesario y dado que el profesionalismo se ha transformado en una fuente de trabajo, dividir al fútbol chileno en tres zonas geográficas: Norte, Centro y Sur, especialmente al balompié, con tres ligas independientes, una de la otra, bajo exclusivo mando de la Federación de Fútbol de Chile, sin presidencia Vitalicia que afecta a la democracia, bien común y transparencia.