COLUMNA | No es justo

Cantamos sin miedo, pedimos justicia

Gritamos por cada desaparecida

Que resuene fuerte: ¡Nos queremos vivas!

¡Que caiga con fuerza el feminicida!

 

Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo

Si un día algún fulano te apaga los ojos

Ya nada me calla, ya todo me sobra

Si tocan a una, respondemos todas

 

Esta canción ha sonado mucho últimamente en Latinoamérica, en Chile especialmente.

A fines de julio desapareció Ámbar Cornejo, mismo mes en que Martín Pradenas fue detenido luego de que en septiembre de 2019 violara a Antonia Barra y tras una ola de protestas en distintas ciudades de Chile se logró revocar el arresto domiciliario a cárcel preventiva en Valdivia.

Ámbar no quería a Hugo Bustamante según informan los medios de comunicación, y era lo que decía a sus cercanos. La mamá de ella no escuchó. El padre de Ámbar trabaja en el norte.

Bustamante fue indultado por buena conducta con la orden de la jueza Silvana Donoso. Bustamante estuvo preso por doble homicidio y además, tiene un prontuario por robo de casas y hurtos en Villa Alemana por lo que fue condenado en 1987 y luego, entrando a los noventa, otra.

En 2005 fue conocido como el “el asesino del tambor”, luego de matar a su pareja y al hijo -menor de edad- de ella. Y después de realizar el delito los ocultó en un tambor con agua, cal y yeso. Pese a tener los hechos y pruebas, el tribunal desestimó alevosía en el caso.

La pregunta que aquí viene es: ¿los tribunales chilenos bajó qué parámetros se rigen? ¿Cómo los jueces toman las decisiones?

Bien para procesar a una persona que ha matado a otra que no sea por defensa propia, es decir, homicidio y para que éste delito sea calificado debe cumplir con alevosía, premio o promesa remuneratoria, veneno, ensañamiento o premeditación. La pena que recibe la persona que comete el delito va desde los 15 años y un día hasta cadena perpetua.

Ahora bien, después de haber sido condenado a 27 años por este doble homicidio, a los 11 años de cárcel le concedieron a él a y a otras 787 reos libertad condicional.

Hugo Bustamante fue entrevistado por Carlos Pinto en 2005 para el programa Mea Culpa y ahí el primero le dice al comunicador que no era él, que era “como un sueño”, como si fuera otra persona. Si bien el diagnóstico debe darlo un psiquiatra y/o un psicólogo es claro que Bustamante tiene un trastorno mental.

¿Qué tipo de justicia deja libre a un homicida?

¿Qué pensaba la jueza Silvana Donoso cuando lo dejó libre?

Justicia para Ámbar se lee en redes sociales y es lo que piden los vecinos de la niña de 16 años y su padre.

 

Foto: Agencia UNO